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El escándalo de Shein en Francia se globaliza.Cómo la venta de muñecas sexuales con apariencia infantil desencadenó una crisis para el gigante de la moda rápidaBy Jazmin Agudelo for Ruta Pantera on 11/22/2025 1:55:50 PM |
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| El 3 de noviembre de 2025, apenas dos días antes de abrir su primera tienda física en París, Shein anunció la prohibición total de la venta de muñecas sexuales en toda su plataforma global. En el vertiginoso mundo del comercio electrónico, donde un solo clic puede materializar los deseos de imagen personal en cuestión de días, los límites éticos a menudo se difuminan. Shein, el gigante chino de la moda rápida que ha revolucionado los armarios globales con prendas de bajo coste y tendencias efímeras, se enfrenta ahora a un dilema que trasciende la tela y el precio: la moralidad de sus productos. El 3 de noviembre de 2025, tan solo dos días antes de inaugurar su primera tienda física en París, Shein anunció la prohibición mundial total de la venta de muñecas sexuales en su plataforma. La decisión no fue fruto de un capricho corporativo, sino de una tormenta perfecta de indignación pública, presión gubernamental y acusaciones de pornografía infantil. Todo comenzó con un descubrimiento perturbador: muñecas sexuales con apariencia infantil disponibles en su sitio web francés, lo que provocó amenazas de veto total en el mercado francés e investigaciones judiciales. La cronología del caos se desarrolló con la misma rapidez que las entregas de Shein. El sábado 1 de noviembre, la Dirección General de Competencia, Consumo y Prevención del Fraude (DGCCRF) de Francia alertó sobre la presencia en la plataforma de Shein de «muñecas sexuales con apariencia infantil». Estas figuras, de aproximadamente 80 centímetros de altura, sostenían ositos de peluche y venían acompañadas de descripciones explícitamente sexuales que, según el informe, «no dejaban lugar a dudas sobre su naturaleza pedopornográfica». Vendidas por terceros a través de la plataforma de Shein, las muñecas no solo infringían las normas de contenido, sino que también evidenciaban la falta de filtros de edad eficaces, permitiendo que menores o público sensible accedieran a material pornográfico, un delito grave según la legislación francesa. La DGCCRF remitió el caso a la Fiscalía de París, que abrió investigaciones no solo contra Shein, sino también contra competidores como AliExpress, Temu y Wish por infracciones similares. El domingo, Shein respondió retirando los anuncios y prometiendo una investigación interna sobre cómo estos productos habían eludido sus controles. Pero el daño ya estaba hecho. El lunes 3 de noviembre, el ministro de Economía francés, Roland Lescure, lanzó una contundente advertencia en BFMTV: «Si estas conductas se repiten, tendremos derecho a… prohibir el acceso de Shein al mercado francés». La declaración llegó en un momento crítico: Shein tenía previsto inaugurar su tienda efímera en los emblemáticos grandes almacenes BHV Marais de París el miércoles 5 de noviembre, su primera presencia física permanente a nivel mundial. Se produjeron protestas frente a los grandes almacenes, donde empleados y activistas denunciaron la «invasión» de la moda rápida china, ya criticada por su impacto ambiental y laboral. Sarah El-Haïry, Alta Comisionada para la Infancia, exigió la identificación de vendedores y compradores, recalcando que «nadie tiene derecho a comprar muñecos que fomentan la pedofilia». Este escándalo no solo pone en peligro la expansión europea de Shein, sino que también ilustra los riesgos de un modelo de negocio basado en vendedores externos y algoritmos opacos. | ||||
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En respuesta, el presidente ejecutivo de Shein, Donald Tang, emitió una declaración personal: «La lucha contra la explotación infantil es innegociable para Shein. Se trataba de anuncios de terceros, pero me lo tomo como algo personal». La empresa impuso una prohibición total a todos los productos de muñecas sexuales, eliminó temporalmente la categoría de «productos para adultos» y creó un equipo especializado para revisar el contenido. También se comprometió a compartir los datos de los compradores con las autoridades francesas y a ampliar su lista negra de palabras clave para evitar la elusión de las medidas de seguridad. Quentin Ruffat, portavoz de Shein en Francia, confirmó a RMC Radio: «Cooperaremos plenamente con las autoridades judiciales». Esta no es la primera controversia de Shein en Francia; en septiembre, la CNIL le impuso una multa de 150 millones de euros por infracciones relacionadas con las cookies. Para comprender la magnitud de esta decisión, es preciso repasar el meteórico ascenso de Shein. Fundada en 2008 en Nanjing, China, por Chris Xu, la plataforma se ha convertido en un gigante del comercio electrónico con unas ventas anuales estimadas de 30.000 millones de dólares en 2024. Su modelo —producción bajo demanda, precios bajísimos (prendas desde 2 €) y algoritmos que siguen las tendencias de TikTok— ha democratizado la moda, pero a costa de duras críticas. En Europa, que representa el 40 % de sus ingresos, Shein se enfrenta a un escrutinio público por evasión fiscal, condiciones laborales precarias en fábricas chinas y una huella de carbono equivalente a 180 vuelos transatlánticos diarios. La expansión física en París fue un hito simbólico: entrar en la capital de la moda para contrarrestar su imagen de «moda desechable». Sin embargo, el momento en que estalló el escándalo intensificó la reacción negativa. Frédéric Merlin, director de BHV, admitió que se planteó cancelar la colaboración, pero la rápida respuesta de Shein la salvó: «En una tienda física, estas situaciones jamás se darían». El problema fundamental reside en el mercado de Shein, un ecosistema de más de 6000 vendedores externos que inundan la plataforma con millones de productos. A diferencia de Amazon, que invierte en moderación humana e inteligencia artificial avanzada, Shein ha sido acusada de controles laxos, priorizando el volumen sobre la verificación. Un informe de la DGCCRF señaló que las muñecas —categorizadas como «juguetes eróticos» sin restricciones de edad— facilitaban el acceso de menores. Este caso no es aislado: en 2018, Amazon se enfrentó a un escándalo similar con muñecas sexuales de apariencia infantil vendidas por terceros, lo que provocó retiradas masivas y la actualización de sus políticas. Expertos, como los citados por The Guardian , advierten que estos incidentes ponen de manifiesto las vulnerabilidades del comercio electrónico global: «La magnitud de las plataformas las hace propensas al abuso, donde el beneficio prima sobre la ética». | |||
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